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Por qué la gente se ríe en un drama

Empezaba la obra y aparecían los actores o mejor dicho los personajes, la chica decía frases en tono nervioso que a veces provocaba una sonrisa en mi, pero la desesperación que se denotaba en la velocidad de su pronunciación me hacía pensar que no estaba diciendo cosas para divertirnos sino para advertirnos que algo estaba mal en ella, en su historia.

Siguió el novedoso montaje y los personajes continuaban diciendo sus diálogos, y mientras los decían, las personas, el público, reían más y más, pero muchas veces esos sonidos rompían con la tensión del momento... con el hilo dramático de la obra, y yo sé que las emociones no deben ser censuradas, pero muchas veces me preguntaba porque se reían en un momento así, vaya, los diálogos eran irónicos, tan irónicos como uno quisiera hablar siempre: las palabras adecuadas, el tono semigracioso; pero eso no quería decir que las frases fueran divertidos.

Y ustedes se preguntarán ¿dónde esta el punto de esto?, podría decirles que no hay punto para liberarme de la responsabilidad de este post, pero no, si lo hay, uno raro como generalmente aparecen en este blog, pero al fin y acabo hay algo que quiero contar.

El teatro es un experiencia mucha más lejana que la mayoría de las otras artes, tal vez tanto como la escultura y eso me da poco rango de experiencia y comparación, pero pensaba en la relación del teatro y el cine, en especial de como se disfrutan y como se observan: el espacio físico y emocional que nos ofrece un escenario donde casi nunca se nos ve. Hay millones de películas más graciosas que la obra que fui a ver, pero nadie ríe, inclusive siendo una comedia declarada y no es que los film sean poco graciosos, pero hay algo que no produce la risas en las salas, y creo que tiene que ver con los actores "en vivo".

Hay algo que compromete a las personas al ver al actor en persona y por ello creo que ríen, no por ignorancia o simplones, tal vez es que quiere hacerle saber al actor (más no al personaje) que entiende lo que dice y por ello ríe; pero claro que reír en un momento que no es gracioso hace pensar si realmente el espectador entiende lo que se dice o por el contrario sólo busca un momento fácil para compenetrarse con la obra... de arte.

Es como cuando alguien se ríe de algo que no te entendió para evitar un momento incómodo, pero porque se quisiera evitar un momento incómodo en una obra de teatro, si somos muchos y hay oscuridad, es decir somos anónimos frente a los actores. Lo único en que pienso es que existe el temor de entender lo que nos dice el otro, en este caso el autor y los actores, pero no sólo eso entenderlo, es saber como nos remueve las ideas ese entendimiento, como nos perturba en lo que creemos, por eso a veces tomas a la ligera las palabras de los demás: para no entendernos, para no conocernos mejor.

De esta forma es mejor reír... para cubrir el miedo de lo que somos.
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Sobre los dioses y los hombres

He visto mis primeras esculturas romanas y son como lo imaginaba o aun peores: hechiceras: no tienen que ver nada con lo humano. Ningún hombre pudo tallar lo que yo he visto.

Me ha dado escozor por todo el cuerpo, quería encorvarme como la Afrodita o sentirme tan suave como se veían los atletas. Moría por besar un par de labios de marfil y evitar que me vieran ciertas máscaras de comedia.

Salí consternado, no sabía que la referencia a lo divino no era por el contenido de la piezas sino la sensación que te da sobre el cuerpo y la transcendencia: quiero ser así, quiero ser bello.
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Dos veces oscuridad. Primera

El sábado por la madrugada vino uno de mis compañeros de piso para invitarme a festejar el halloween con su amigo italiano Carlo. Carlo es de esos hombres que me causan atracción: seguros, divertidos, que se toman la vida un tanto a la ligera mientras siguen haciendo todos los deberes cotidianos; y pues ante mi deseo por el rubio italiano, apague mi ordenador, me vestí y salí a las tres de la mañana a casa del guapo o del amigo de éste, que por cierto es gai e insistían en presentármelo. Llegué a pensar en mi absurda teoría de guapo se junta con guapo, y pensé que el amigo sería al menos medianamente atractivo, pero al llegar si bien no sufrí una decepción no me emocioné con el gordi-chido-español amigo del italiano.

Antes de mi llegada habían decidido ir a una bar, así que cuando arribé a la casa todos estaban en la cera listos para ir a bailar. Desde que salí de mi casa en Argüelles pude notar que había mucha gente en la calle para lo tarde hora que era, y pensaba que tal vez muchos regresaban de sus fiesta de día de brujas, lo cierto es que muchos o iban a continuar sus festejos o apenas iba rumbo a ellos: en Madrid se fiestea demasiado y a muy altas horas porque la ciudad lo permite, es pequeña y segura, por ello todo mundo se siente cómodo a cualquier hora de la madrugada buscando donde divertirse, tal cual estábamos nosotros.

Pasamos una hora buscando lugar, todo estaba lleno, lo cual era un tanto molesto; pero no lo hubiera sido tanto si la amiga azafata de mi roomate, él que me invito, no hubiera estado tan impertinente y estuviera de hostil con todos los españoles, sin embargo ese arrojo después daría las mejores anécdotas de la salida.

Acabamos por ir a chueca, el barrio gai de la ciudad, y rumbo allá sucedió mi primer gran sonrojo. Iba un tanto serio porque todo mundo ya estaba enfiestado después de haber estado bebiendo durante unas cuantas horas, en cambio yo venía sobrio de mi casa y sin una pila extra para ser las tres de la mañana, así que todo mundo medio me traba de animar, pero yo no estaba desanimado sólo no estaba enfiestado. En fin... el chiste es que Carlo que estaba pedidisisimo se acerca y me dice: "Sabes que Julio te voy a dar la putiza de tu vida. Una putiza tan tan buena que ninguno de tus ex-novios o tu novio o cualquiera de tus próximos pretendientes te van o podrían dar" y después concluyó "Por que a veces, yo... ya sabes yo..." y le ayudo a terminar la frase "haces ayuda a la comunidad" y me dice "exacto": wuuuau, yo me quedé de a seis y bastante emocionado.

Llegamos al bar: todo era bastante gai: la música, la decoración, el ambiente (tal cual debía hacer), estaban los chicos sanos-guapos-españoles que me estoy acostumbrado a ver, así que ninguna novedad, pero los amigos gais de Carlo me insistían que era un lugar "raro" como sinónimo de cool, yo por supuesto sólo asentaba con la cabeza. Pasados unos minutos la azafata mexicana amiga de mi roomate se puso de lanzada con el italiano y lo empezó a desnudar, le levantaba la camisa y le bajaba el pantalón, ví sus boxer tipo Calvin que traía y me puse más nervioso que cuando me mencionó la putiza, no sabía si voltear o no a ver, siempre quiero ver pero no quiero parecer un cerdo, y sobretodo en un momento donde no participo directamente en la acción (aunque en Shortbus contradicen mi observaciónn), así que me volteé y sólo escuche el "uhhhhhhh" y me dije para mi mismo "diablos".

Terminó la música a las 6 de la mañana, prendieron las luces y todos decían que fuéramos a un afer, “¿cómo esto no era el after?”, salimos y Carlo estaba solo bromeando con el chino que vendía cerveza a un euro, y me decía "esa mujer esta loca, me desnudo, Julio, me saco la polla, ahí enfrente de todos, ¿y sabes que me enoja? que no haya terminado" y después grito para el público en general "que alguien me la chupe por amor de Dios" yo no podía estar más emocionado, pero sabía que sólo era de estar un heteroflexible guapo y no porque se fuera cumplir alguna fantasía al estilo Red Shoes Diaries, jejeje, hay dios eso es softporn hereto.

El chiste es que terminaron partiendo a otro antro mientras yo regresaba solo a casa, no traía dinero y los españoles no me había caído muy bien: necesito hablar un poco con las personas para hacerme ideas buenas de ellas sino me dan un poco de hueva. Sé que es un prejuicio pero a mi se me enamora por la platica.

Mientras iba caminando iba un tanto contento porque me di cuenta que este en Madrid o en México o en Timbuktu (¿qué esta ciudad está muy muy lejos o porqué diablos se usa de ejemplo?) yo era el mismo, no me divertía la diversión en si, no por ir a una fiesta me pongo de buenas, así de aburrido soy.
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Happiness


I remember one morning
getting up at dawn.
There was such a sense of possibility.
You know? That feeling?
And i remember thinking to myself:
"So, this is the beginning of happiness.
This is where it starts.
And, of course, there'll always be more"
It never ocurred to me... it wasn't the beginning
it was happiness
it was the moment... right then.
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Sin palabras

1
Joaquín y Juan habían decidido viajar juntos, a sus compañeros de clase les resultaba raro que lo hubieran pensado y planeado de esa manera ya que a simple vista se sentía una relación hostil entre ellos, además las "malas lenguas" decían que Joaquín le tenía mala fe a Juan. Por eso resultaba tan extraño que decidieran ir en pareja al Congreso nacional de urbanistas en Campeche.

Juan nunca se había acercado a trabajar con Joaquín porque éste lo hacia sentir incómodo y minorizado. Juan no tenía inhibiciones por ser abiertamente homosexual pero con Joaquín era distinto, tal vez porque siempre se sospechó que a Joaquín también le gustaban los hombres pero él no lo decía. Era algo que se escuchaba a voces, y tampoco era que todas las voces lo dijeran; pero había ciertas ocasiones, ciertos comentarios, uno u otro ademán o mirada que parecía delatar a Joaquín.

2
Cuando llegaron al hotel en Campeche el ambiente se sentía enrarecido y no sólo era el calor del sureste: eran las frases breves, los silencios incómodos, sus miradas evitándose.

Cuando regresaron del primer día de actividades Juan no sabía si pedirle a Joaquín que cenaran juntos o si era correcto invitarle una cerveza para relajar los ánimos, lo único que tenía en claro es que debía pensarlo con detenimiento pero paso tanto tiempo en ello que cuando encontró las palabras correctas Joaquín ya se encontraba acostado.

3
Tuvieron que trabajar juntos en una de las mesas del Congreso, lo cual resultó relajador para ambos, el imaginario en común que habían aprendido en la facultad ayudó a que se sintieran más tranquilos entre ellos, hacían un bloque de dos frente a los “extranjeros”. No tenían las mismas ideas pero tampoco eran muy distintas sus opiniones: sólo eran dos tipos distintos con un contexto en común, y con eso bastaba para tener un primer lazo amistoso, afectivo…

4
Ya habían tomado varias cervezas cuando llegaron al cuarto y Joaquín empezó a besar a Juan. Estaban lo suficientemente cerca uno del otro como para sentir la erección del contrario, solamente estaban esperando el momento en que se diera el siguiente paso: que alguno decidiera desabrocharse la camisa y bajará los pantalones de su compañero.

Juan fue quien tomó la iniciativa, metió su mano en el pantalón de Joaquín y le tocó el trasero. Después de ahí empezaron a desnudarse tan rápido que sólo faltaba decidir quien “montaría” a quien. Una vez más Juan decidió por los dos, subió las piernas de Joaquín a sus hombros cuando éste yacía en la cama.

5
Al día siguiente, aún acostados pero ya con los ojos abiertos y antes de darse las primeras palabras, los dos pensaban en como actuarían el uno con el otro.

Juan deseaba que a partir de lo sucedido pudieran empezar a frecuentarse y acostarse cada vez que lo quisieran; pero también tenía ganas de sentirse distante y hacerse el interesante, como si nada hubiera pasado para que Joaquín sintiera deseo y celos de su tranquilidad.

Joaquín esperaba que los ambos actuaran como si realmente nada hubiera pasado; pero también tenía muchas ganas de decirle algo desagradable a Juan, algo que le hiciera saber que sólo se había acostado por lujuria, como generalmente se hace pero jamás se dice. Quería gritarle que nada había importado y que no le interesaba que la gente supiera lo que había pasado.

6
La tercer y última noche en Campeche había mayor tensión. Ambos dejaban ver la desesperación de volverse a encontrarse desnudos y de disfrutar de coger entre colegas. Joaquín fue el que ahora tomó la iniciativa, sacó su miembro por el cierre del pantalón y espero la respuesta. Joaquín esperaba que Juan se subiera en él y se dejará follar como él lo había hecho la noche anterior, pero Juan optó por otro camino.

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Había algo en recibir una felación que a Joaquín lo ponía mal. Tal vez era que desde la vista del mamado el cuerpo del otro pierde la forma, sólo se ve una cabellera moviéndose de arriba hacia abajo. A Joaquín le atemorizaba imaginarse que era una mujer quien se lo chupaba porque una cosa era mantener en secreto su homosexualidad y otra muy distinta era follar con mujeres para engañarse.

Juan empezó hacer sonidos que recordaban gemidos femeninos. Esos constantes ruidos irritaron cada vez más y más a Joaquín. De un momento a otro, Joaquín tenía tanto enojo que levantó bruscamente su rodilla y con ella golpeó en el estomago de su felador. Juan cayó de espalda y mientras miraba con rareza a Joaquín esperaba que éste le dijera que había sido un accidente, se disculpara por ello y pudiera seguir chupando su miembro; pero en realidad lo que recibió fue un puñetazo en el rostro.

Juan no supo que hacer, ardía por regresarle el golpe; pero por miedo decidió quedarse quieto viendo como Joaquín perdía la erección y se acostaba a dormir.

9
Cuando comenzó el nuevo semestre Joaquín se había cambiado para el turno vespertino y desde el principio le dejó en claro a su nueva amiga Jimena que le gustaban los hombres y no las mujeres.

Juan pensaba que si le hubiera regresado el golpe todavía estarían juntos.
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Por qué regresar a esto de los blogs

Cuando conocí en persona al poeta y pintor Alfredo Castañeda no me fue difícil reconocerlo ya que antes habíamos platicado y bebido en sueños. Él siempre tenía ese acento español que había adquirido por haber emigrado a Barcelona mientras que yo tenía ese mutismo que obtuve desde que perdí la memoria o mejor dicho la inteligencia, porque no hay gesto más certero de que existe la inteligencia en alguien como cuando se descubre que tiene memoria.

Desde que nos saludamos él notó que yo no podía pronunciar ni una silaba y por ello decidió ser prudente, me hablaba con los ojos y esperaba que le respondiera de la misma manera. Poco a poco nos hicimos cómplices y después, consciente o inconscientemente, decidió ser mi médico.

A Castañeda le atraía mucho mi problema, siempre trataba de ayudarme a recobrar el habla, tal fue así, que una vez moldeamos una voz con los restos de frases de editores mexicanos, las notas de un vocalista de grupo indie y los caracteres encontrados en un libro de historia china. El resultado fue atroz, la voz era terrorífica, parecía sonidos amorfos sin ritmo ni melodía.

Meses después de haber meditado por muchas noches Alfredo encontró la cura para mi silencio. La medicina se contenía en una pregunta, la cual pronunció después de que hubiéramos bebido durante horas y llorado por algunos minutos "¿Y por qué no hablas?". Quedé en shock al escucharlo, me parecía tan certera su pregunta, así que decidí hacer mi mayor esfuerzo, hiperventile por segundos y casi ahogándome en contestar le dije: "Por miedo".

Después complemento la sanación al escribir un poema que me regresó las ganas de hablar, escribir, andar.
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